EXPORTAR VINO A LOS ESTADOS UNIDOS
Es sabido que la tradición vinícola española ha experimentado un proceso de profesionalización y sublimación en los últimos 100 años.
La introducción de las Denominaciones de Origen (DO) y la modernización de las técnicas de vinificación durante la primera mitad del siglo XX, sumada a la inversión tecnológica y la adopción de prácticas vitícolas punteras de las últimas décadas, han consolidado a España como uno de los principales productores de vino en el mundo.
De hecho, según el Observatorio Español del Mercado del Vino, España ocupaba el primer puesto en el mundo en superficie de viñedos, 960 millones de hectáreas en 2022. Este mismo año, España se sitúa como el tercer mayor productor mundial de vino (35,7 Mill. hL) y, junto con Italia (49,8 Mill. hL) y Francia (46,6 Mill. hL), concentran el 51% de la producción mundial de vino.
A pesar de la rica herencia y tradición vinícola, el posicionamiento comercial de la industria española del vino en los grandes mercados internacionales de consumidores se percibe como más débil respecto al de sus dos principales competidores. En Estados Unidos, Francia e Italia mantienen una fuerte posición de mercado y entre ambos países concentran el 70% del vino importado en el país. La cuota española, sin embargo, es tan solo el 5,7% del mercado, situándose como el cuarto país importador por detrás de Nueva Zelanda.
Estos datos llevan a plantearse el siguiente interrogante: ¿Por qué?
Una posible explicación del débil posicionamiento comercial del vino español en el mercado americano podría ser los escasos incentivos a la exportación o a la ausencia de campañas de promoción y marketing. Otra posible explicación podría encontrarse en la complejidad del sistema legal americano, que prevé una elaborada normativa para la importación, distribución y venta (conocido como el three-tier system) y numerosos trámites, permisos y licencias, derivados de regulación federal, estatal e incluso local, para el despacho de aduanas y el etiquetamiento del vino. Además, este sistema exige la intervención necesaria de varios sujetos a lo largo de todo el proceso. En definitiva, es posible que los costes de la inversión inicial y de la confección de una red de colaboradores comerciales haya podido desincentivar a la industria española del vino en sus esfuerzos de expansión hacia los Estados Unidos.
El objetivo de quien suscribe este artículo es doble. Por una parte, aupar a las empresas vinícolas españolas a expandirse en Estados Unidos. Y por otra, informar, a aquellos que lo deseen, que pueden contar con el respaldo profesional de los bufetes legales Meplaw y Abogado Amigo para navegar a través del entramado legal americano.
Veamos a continuación quién es quién en el three-tier system y cuáles son los requisitos esenciales para importar vino en los Estados Unidos.
Three-Tier System
El sistema legal americano divide el proceso en tres fases:
- Producción/importación: la bodega o empresa productora de vino, que suele importar también el vino.
- Distribución: el distribuidor que comercializa el vino al por mayor era originalmente una figura separada. Actualmente, la mayoría de los Estados permiten que importador y distribuidor coincidan en un mismo sujeto.
- Venta al consumo: el vendedor final es la entidad que pone el vino a disposición del consumidor (p.ej.: enotecas, restaurantes, bares, etc.).
Aduanas, aranceles, permisos y licencias
El importador deberá contar con todos los permisos y certificados en regla. A título enunciativo y no exhaustivo, será necesario el Permiso Federal para Importadores (Federal Basic Permit), el Certificado de Origen y Año de la Cosecha (Certificate of Age and Origin), el Formulario de Registro como Distribuidor de Alcohol (Alcohol Dealer Registration Form) y eventuales certificados y permisos especiales, ya sean federales, estatales o locales.
Otro de los trámites esenciales es la obtención Certificado de Aprobación de la Etiqueta del vino (Certificate Of Label Approval o COLA), que deberá solicitarse mediante el sistema online del Alcohol and Tobacco Tax and Trade Bureau y suele concederse en cuestión de una semana. Para garantizar su aprobación, el etiquetado del vino deberá contener las siguientes informaciones: marca o nombre comercial, tipo de vino y composición (especificando los sulfitos, aditivos y colorantes incluidos), indicación del país de origen y el área geográfica, graduación alcohólica y las advertencias gubernamentales sobre riesgos de su consumo para la salud o los efectos perniciosos para la conducción.
Si el importador desea convertirse también en distribuidor, tendrá que obtener las correspondientes licencias federales y estatales, así como cumplir la normativa estatal y local aplicable. (P.ej.: Nueva York exige que las dos figuras – importados y distribuidor – estén domiciliadas en diferentes sedes, aunque la entidad jurídica sea la misma).
El importador también deberá cumplimentar los trámites para solicitar una autorización para el despacho de aduanas, que suele tardar una media de 3 semanas. Para cada operación es necesaria la intervención de un sujeto autorizado o bróker de aduanas que representa al importador y realiza los trámites en su nombre.
Durante el proceso de despacho de aduanas, deberán saldarse las obligaciones impositivas y arancelarias federales. El arancel aplicado varía en base de la tipología y cantidad de vino importada y, en algunos casos, puede aplicarse también un impuesto especial en función de la graduación alcohólica. Es importante recordar que los Estados tienen competencia para imponer obligaciones arancelarias e impositivas accesorias.
Por último, vale la pena recordar se trata de un proceso que debe planificarse con tiempo, puesto que es necesario avisar con antelación de la llegada del vino al puerto correspondiente.
Para aquellos los interesados en exportar vino hacia los Estados Unidos, Meplaw y Abogado Amigo ponen a disposición su equipo multidisciplinar de profesionales presentes en España y Estados Unidos, que les acompañaran y asistirán a lo largo de todo el proceso.
- Posted by Alain López Royer
- On 21 febrero 2024